domingo, 18 de septiembre de 2016

El bautismo, un sí a Dios




Cuando nacemos, nacemos en el no, pero el bautismo cambia nuestra orientación hacia el Si a Dios. Un sí que se va configurando a lo largo de la vida.
Sarah Losada Rodríguez

Basta una sola vida para elaborar, con la gracia de Dios, nuestra identidad definitiva con Cristo. 

El tiempo  de vivir es tiempo para  cultivar la unión con el Señor, para obedecer u obstaculizar las mociones del Espíritu Santo. 

Al final se verá si hemos dicho un Amen al Padre o un non serviam. Eso determina  nuestro destino eterno.

El sí o el servían, te serviré,  hay que darlo en lo pequeño de cada día, porque dijo el Señor que quienes son fieles lo poco también serán fieles en lo mucho.

 No hay que  esperar grandes ocasiones que, o no se presentan o si se presentan , nos puede faltar el entrenamiento preciso par afrontarlas.

 Estas reflexiones a raíz de dos bautizos que hicimos en S. Cayetano el sábado. Un buen grupo de familiares,  acompañaron  el acontecimiento.

 Los niños han dicho Amen ( por medio de sus padres) a Dios y  luego, cuando lleguen al uso de razón ya lo diran ellos mismos, consciente y responsablemente.

Thiago González Berdullas

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