miércoles, 12 de abril de 2017

Como decir lo que creemos




Estuve en una comida el día de Ramos a la que me invitaron. Había un buen grupo de familias y el ambiente estaba muy animado. Muchos niños y matrimonios jóvenes.

Uno de los platos era pescado, como es corriente en Galicia.  Una de las señoras le dijo a la compañera de mesa: a mis hijos no les gusta el pescado. La otra le contestó,  pues  los míos, todos, aprecian el pescado y les gusta mucho.

 Y luego hizo esta observación: a veces depende mucho de cómo se lo proponemos. Si se lo decimos como   diciendo  come esto pero no es gran cosa, los niños ya no se animan y lo desprecian , en cambio si se lo dices con convencimiento y un poco de  entusiasmo, lo cogen mejor, lo prueban  y termina gustándoles.

Me hizo pensar esta explicación,  pues  hay muchas cosas que proponemos a los demás como estudiar inglés o matematicas, ir de excursión o a un museo o ir a la Santa Misa, y el éxito de las propuestas depende  del convencimiento con que lo decimos. Luego si lo razonamos un poco, mucho mejor.

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