jueves, 21 de marzo de 2019

Matrimonio II (continuación)


CAPÍTULO II : LOS FUNDAMENTOS.

No cabe duda de que al construir una casa, el buscar los fundamentos es una tarea poco divertida y agradable. A muchos les entusiasma bastante más la decoración de la casa o simplemente el habitarla, sin embargo solo al necio se le ocurre construir una casa sin cimentación, por motivos obvios. Por tanto, esa construcción del matrimonio debe empezar por asegurarse de los fundamentos y no comenzar la casa por el tejado.


Hay algunos novios que cuando van al matrimonio se imaginan una casa de campo en la que hacen dulces trabajos de jardinería y en donde sale todo como por encanto y sin esfuerzo; incluso se enfadan con quienes les dicen que hay dificultades y que se encontrarán con sacrificios. A éstos, los consideran aguafiestas y cenizos y no los quieren ni escuchar ya que casi los consideran de mal agüero. Estos, que suelen ser sus propios padres o sus mejores amigos, terminan por mirarlos en silencio y pensar: “ya verán lo que es bueno, el tiempo les hará ver la verdad de la vida que ahora no quieren ver”.
 Habrá que hablar, pues, de esos fundamentos y de las posibles dificultades. Veamos:

¿Cuáles son esos fundamentos para aquellos que quieran conocerlos ?.

No se trata sólo de conocer los fundamentos del matrimonio, sino de ponerlos en práctica correctamente para que la construcción sea sólida y para hacer un matrimonio bien fundamentado y a prueba de temporales.

Estos fundamentos son tres:
a)   la ordenación del matrimonio a los hijos.
b)  la unidad de la pareja.
c)   la organización del matrimonio teniendo en cuenta que es para siempre, pase lo que pase, empeñando el futuro desconocido. Esto es conocido en términos técnicos con el nombre de indisolubilidad.

¿Nos podría explicar algo más esos fundamentos ?.

En cuanto a a), hay que decir que una sociedad mercantil es para ganar dinero, y es un fracaso si no hay ganancias. Una sociedad deportiva se crea para fomentar y difundir un deporte determinado, y ,si no se valora ese deporte, la sociedad acaba deshaciéndose.
 De  la misma manera el matrimonio es una entrega en orden a los hijos. Si esa ordenación que da sentido al matrimonio se pervierte, se resquebraja uno de los fundamentos, afectando a los otros dos e incluso a la misma institución. Allí donde hay una unión entre un hombre y una mujer de la que se excluye la ordenación de esa unión a la prole, o no hay matrimonio o hay una corrupción del matrimonio.

Respecto a b), está claro que es una necesidad para el bien integral de los hijos. Cuando hay crisis en un matrimonio, en muchos casos es porque aparece una tercera persona que intenta romper esa unidad y a veces, si no se pone remedio al principio, consigue romperla. Hay que advertir que las causas pueden ser muchas, y a veces, simultáneas. Hubo algunos jóvenes que, sin haber pasado por esos apuros, opinaban que la falta de diálogo, el enfriamiento en el amor, el distanciamiento progresivo... llevaría a buscar otras compensaciones fuera del matrimonio e incluso a la ruptura, si no se les pone remedio a tiempo. Esta unidad afecta también a los otros fundamentos, ya que en donde hay amor fiel hay vida, y en donde hay vida hay amor y unidad.

En relación con c), quiere decirse que hay que casarse con la íntima decisión de que sea para siempre. Vienen al caso aquellos versos de Calderón de la Barca :

El amor es infinito

si se muestra en ser honesto

y aquel que acaba presto

no es amor, sino apetito.


Esto hace que la vida matrimonial tenga una perspectiva propia y distinta del que se casa pensando en que a la primera pelea cada uno se irá por su lado. Esta decisión de permanecer unidos pase lo que pase, es lo que se dice y acepta el día de la boda cuando se dice el “sí quiero”... estar a tu lado en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza...


En determinados casos de muy difícil convivencia,  podría darse  la separación, siguiendo casados y en la esperanza de un futuro arreglo, pero nunca el divorcio (separación definitiva y en orden a otra unión) ya que quitará ese fundamento y además se opone a la ley de Dios. Esto no puede ser, y lo que no puede ser, además es imposible.

Entonces : ¿No compensa el casarse ?.

Esa misma pregunta aparece en el Evangelio cuando Jesús aborda estos temas. El contestó que no todos los entienden, pero así ha de ser en el Reino de Dios que El va a instaurar, y lo que parece imposible para el hombre no lo es para Dios.

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