viernes, 4 de septiembre de 2020

Amables, pero algo mas.


Amables
Conocí una persona bastante mayor  a la que yo  por decirle algo agradable le dije que su marido era muy cordial y especialista en decir cosas amables.

 Se sonrió, pero, en un arranque de sinceridad, me dijo que  los piropos eran agradables pero... no era suficiente,  pues si no ayudas al otro en lo que necesita, todo se queda en palabras sin fundamento. Palabras y obras. Se requieren las dos cosas.

Me quedó en la memoria y creo que es verdad,  pues no basta con ser  amable, hay que ser también servicial con las personas, si no suena a falso lo que se dice.

Así ocurre también  en el amor de Dios.

 Hay que ser Marta y María a la vez: servir que es amor y escuchar con alegría que también es amor, y así agradaremos a Dios.

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