Os comparto una experiencia al explicar la exposición sobre el año de la fe:
Uno de los días que estaba explicando la exposición sobre el año de la fe, vino una madre con tres niños de entre 7 y 8 años.
La madre les dijo: “si entráis poneros serios”, quizá pensaba que no iban a poner atención.
Entonces empecé a explicar dirigiéndome mas a los niños y de una forma mas o menos adecuada a su entender y los niños estaban atentísimos, muy interesados en los que les decía. Les expliqué de forma fácil los paneles sobre el deseo natural de Dios que tiene el hombre, lo de los científicos, lo de los testimonios y de los conversos. Parecía que esto era una mera teoría para ellos, pero realmente cogían la idea. Por ejemplo, uno de ellos dijo que rezaba en las noches unas oraciones a Jesús, José y María, otro que un padrenuestro y un avemaría. Después les hablé de los sacramentos. Les pregunté qué recibían en la comunión y el único que había hecho la primera comunión me dijo: “el cuerpo y la sangre de Cristo”. Lo tenia muyn claro.
Y algo muy interesante fue que algunas personas mayores que estaban fuera, al ver el interés de los niños, entraron a ver la exposición también. Es que a veces los niños nos dan ejemplo.
Creo que los padres tienen una labor muy importante con sus hijos. Así como les dan todo lo necesario , también se les debe enseñar algo, más que necesario, vital: la fe. Si los padres no se las enseñan ¿quién se las va enseñar? Y tengo claro que los niños aprenden, desde pequeños, lo que los padres les transmiten con su ejemplo y sus enseñanzas. Esta es una tarea fundamental de los padres hacia los hijos, que no se les olvide.
Rafael Neftalí Ruiz
Seminarista
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