miércoles, 26 de julio de 2017

Residencia de San Marcos. Ancianos en fiesta.




A veces oí decir: eso, me lo ha dicho un pajarito. Se suele decir cuando uno no quiere descubrir al autor de la noticia que sabemos. Pues yo me enteré de la fiesta de los abuelos en San Marcos porque me lo  dijo un pajarito.

Al saberlo,  por un lado me  alegré pues hacer feliz aunque sólo sea a una persona o hacerla sonreír, vale la pena. Y por otro lado  creo  que no se sabe mucho de estas fiestas y de la vida de nuestros ancianos en las residencias. Es bueno que lo sepamos y con estas reflexiones me propongo darlo a conocer y compartirlo.

Con motivo de esta noticia, cogí mi cámara  de fotos y me dirigí a  la residencia de Ancianos de San Marcos. 

Allí hay más de 200 ancianos y una pequeña comunidad  de monjas, unas 25,  que son creativas y fieles al carisma de Santa Teresa Jornet.

  También hay un grupo de mujeres jóvenes que con amor y decisión trabajan  en los diversos aspectos de esa atención a los mayores. Les estamos muy agradecidos.

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El motivo de la fiesta es la celebración de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús. Los ancianos son por definición abuelos y a ellos está dirigida la fiesta.

 La hay, la fiesta,  en todos los centros de Santa Teresa Jornet y desde hace varios años.

Cuanto bien hacen los abuelos. Son nuestra historia y nuestro orgullo. Nos  han querido gratuitamente, nos dieron explicaciones de cosas que no sabíamos y rezan por los hijos y nietos. ¡qué  buenos recuerdos guardamos de los abuelos aunque no se lo digamos!.

Pude hablar  con tres o cuatro abuelos y sacarles unas fotos. Los vi agradecidos a las atenciones que reciben y al trato afectuoso de los que llevan la casa. Rezan, algunos ayudan haciendo trabajos según sus posibilidades,  cooperando en la marcha de esta hermosa comunidad.

 Uno de ellos, D. Félix, es de Santiago,  estuvo en Argentina y aun conserva un poco del acento de Buenos Aires. Trabajó en muchos oficios y ayudó a sus padres. Ahora se encuentra un poco limitado,  pero no pierde el buen humor.

 A otro le doy el título de  Decano, pues estuvo en la residencia anterior de Carretas y fue de los primeros en estrenar  la casa de San Marcos. Le pedí que rezara por  los curas y nosotros también le encomendaremos.

Para esta fiesta, cuando llegamos, estaban preparando el sitio, las mesas, la decoración y desde luego la comida. Está a la sombra y rodeado de jardines. Se presenta  como muy adecuado para este evento. Pongo unas  fotos que lo demuestran.

Vi a un grupo de monjas jóvenes  y empleadas poniendo los adornos, colocando los dibujos y preparando las mesas con tapetes y servilletas rojas y ya poniendo las bandejas con el aperitivo. Todo de gran fiesta y de buen gusto.

Un cantante,  que me dijeron que era un voluntario de la casa, preparaba los altavoces y ponía a punto el piano.

 A la sobremesa habrá baile y la comida será amenizada con música de los años 60-70 que es la que gusta a los residentes. Se oirán canciones de Ana Belén, Karina, Mari Trini,  Camilo Sesto,  Andrés do Barro, Julio Iglesias, los  Tamara etc. Una fiesta.

También habrá gaiteros. No hay que olvidar que estamos en Galicia.
Al final de todo está previsto la entrega de premios a personas acogidas, que destacaron en algo durante el año. También tiene su punto de emoción y de gratitud.

D.Félix
Nos invitaron a comer; la tentación para aceptar y quedarse al ver todo aquello,  era grande. Les prometí volver el año que viene y sentarme a la mesa como uno más.

 Hice un cálculo y pensando que eran algo mas de  200 y la mayoría tendría una media de 80 años,  me salió que allí se podían sumar unos 16.000 años. Con esos años podríamos llegar hasta Moisés incluso más atrás. Es una cifra verdaderamente respetable.

Estas casas de acogida a los mayores, son una bendición de Dios. Resuelven muchas situaciones difíciles de arreglar y con la oración a Dios y un poco de buena voluntad se puede convivir con paz y alegría. Hay que estar con la idea de poder ayudar al otro y con ganas de hacer sonreír al vecino y hermano.

Lucila también recibió un premio
 No somos inocentes, pero Dios nos ama y ayuda y  nos prepara para la vida  eterna con El.

Víctor m. Sánchez  Lado

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