miércoles, 5 de agosto de 2015

MARÍA Y LA FAMILIA





Ha habido un Sínodo en Roma sobre la familia y estamos a las puertas de otro Sínodo. Muchas homilías de los últimos Papas son sobre la familia. Ha habido también Congresos sobre este gran tema.
En nuestra Parroquia tuvimos una exposición sobre la grandeza y belleza de la familia. Se podía ver en diversas imágenes, vida de Santos y testimonios actuales. Todo esto nos indica el valor de la familia a la que debemos casi todo lo bueno y también lo malo.

Pido a todos los que lean esta reflexión que recen a la Virgen , por las familias empezando cada uno por la suya propia. Han de mirarla de nuevo con ojos de amor misericordioso y poner manos a la obra para hacer una familia cristiana. Dios no se ha equivocado cuando os eligió para esta gran tarea y os da las gracias necesarias para llevarla adelante.
Estas gracias están a nuestra disposición, hay que pedirlas y aceptarlas en nuestra vida. Es como estar a la puerta de una habitación llena de tesoros, pero hay que entrar y cogerlos.
Toda parroquia ofrece celebraciones, misas, charlas, la Palabra de Dios, revistas, libros, retiros… entra y coge, detrás está Dios y la Virgen.
¿Por qué rezamos tan poco? Sinceramente creo que el demonio nos engaña haciéndonos creer que la oración no vale o que Dios no nos escucha y que no se interesa por nosotros; y en cambio lo que vale es el dinero y la comodidad. Sin embargo, lo que nos hace felices no es tener más comodidades, sino un corazón enamorado.
Hay que pedir a María por la familia, ofrecer a Dios horas de trabajo y esfuerzo alegre – eso es oración –, rezar juntos el Rosario…
Conocí una madre, ya falleció, que cuando pasaba por delante de la Iglesia de las huérfanas invitaba a entrar a su hijo pequeño diciéndole: “vamos a ver a nuestro Amigo”; y entraban los dos a visitarle. No cabe duda que eso deja huella.
Tuvimos en la exposición una imagen de Santa Ana con la Virgen Niña. Le habla, le tiene un libro delante y guía su mano con la suya. Así se transmite la fe y se van haciendo cristianos los hijos en su pensamiento y con sus obras.
Hay acciones que educan y han de aprovechar los padres. Hace pocos días tuvimos la procesión del Corpus Christi; me dio alegría ver a varios padres con sus hijos, incluso bebés, en la misa y en la procesión. Esos niños sabrán algo de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y del sentido de la fiesta del Santísimo Sacramento. Lo han vivido.
Hay otras cosas que educan, como por ejemplo enseñar a pedir perdón, a compartir, a hacer agradable la vida de los demás, dar a conocer las historias familiares, etc.

Para terminar hemos de vivir las Obras de Misericordia, las corporales y las espirituales. El otro,  es Cristo. A Él se lo hacemos, es una misericordia que comienza en casa y luego se expande hacia los demás.
Decía un jubilado en relación con su cargo actual que es hacer el bien a quien se cruce en su camino.Es decir,  vivir la misericordia.

Víctor Manuel Sánchez Lado
Párroco

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