Se trata del siervo de Dios
P. Fernando Olmedo, religioso
capuchino que murió mártir en 1936. Ahora va a ser beatificado en Tarragona en
el mes de octubre.
Es de esperar que la
parroquia de San Miguel dos Agros en donde fue bautizado, organice un viaje a
dicha beatificación de la que esperamos
detalles.
En San Miguel dos Agros hay una lápida conmemorativa que recuerda su
bautizo en esa iglesia el 12 de enero de
1823 y su martirio el 12 de agosto de
1936 en Madrid.
El P. Fernando está en el centro. |
El P. Lorenzo Fernández
ha escrito una biografía editada en 1971 en donde constan los hechos más destacados de su vida.
Hay una preciosa carta de la
madre de Fernando que le escribe
estando él en Santiago estudiando leyes
y le quiere apartar de que se apunte a la Tuna, idea que no le gusta a la madre y a otras
personas. Entre otras cosas le dice:
Precisamente lo que me hace feliz en este mundo es la
dicha de tener hijos buenos, como hasta aquí, y
que hasta ahora os presentan como modelos, y no quiera Dios que tenga el pesar de ver frustradas tan buenas esperanzas.
No lo puedo esperar de tu buen criterio.
Reflexiona sobre ello y abandona tu idea, (de pertenecer a al Tuna) pues ya sabes que todo mi gusto es
complaceros, pero no en aquello que pueda perjudicar mi conciencia.
Siempre tengo presente un dicho de tu abuela, que con
frecuencia nos repetía: ”que Dios habrá de pedir cuenta muy estrecha de los
actos de los hijos, y así que prefería llorarlos muertos que pervertidos”.
Lo mismo digo yo, y eso que prefiero más vuestra
vida y vuestra felicidad que la mía(…)
Y si te causa
contrariedad este caprichito, ofréceselo a Dios, que El sabrá compensártelo (…)
Espero con ansia tu contestación, tu madre que te
abraza de corazón.- Elisa.
Tuvo varios trabajos como
abogado y periodista y después de muchas vueltas termina siendo sacerdote
capuchino.
Este opúsculo que estamos
comentando y esperamos que sea reeditado, dedica un capitulo al martirio que
relata con todo detalle. Cuenta, entre otras cosas, como estando en una checa
encarcelado, uno que le acompañaba le dice, sólo faltamos los dos por declarar,
¿qué vamos a decir?. El respondió: “La
verdad, que somos religiosos capuchinos”.
Luego fue martirizado por
odio a Dios y a cuanto tenía sabor cristiano el día 12 de agosto de 1936, en el
cuartel de la Montaña.
Sus restos se conservan en la
capilla de N.P. Jesús de Madrid.
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