Un señora de más de 90 años decide recibir el sacramento de la Unción de enfermos en la misa de fin de año. Su amiga la había animado hablándole de las maravillas de la Santa Unción, yo le expliqué con calma lo que era este sacramento, como nos limpia los pecados en raíz y nos une a la pasión de Nuestro Señor Jesucristo haciendo que nuestro dolores tengan valor redentor y le expliqué otras cosas.
Al fin se decidió y se preparó. Lo recibió dentro la Santa Misa, también para que sirviera de ejemplo a otras personas.
Al terminar la fui a saludar a la salida de la iglesia y espontáneamente me dijo que estaba muy feliz, con una paz inmensa que nunca en su vida había tenido y que le parecía que tenía alas.
Todos los años hay en esta parroquia el día 11 de febrero, día mundial del enfermo, la administración de este sacramento. Es la ocasión que muchas personas lo pueden recibir con toda conciencia y sin la presión de la enfermedad o el temor de la muerte, aunque también se puede repetir en esos especiales momentos de gravedad.
El buen samaritano, icono de Teresa Puy |
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