"Es mi hija y la acepto tal como venga". Esa fue la respuesta que le dio una madre al médico que veía algo que no le gustaba y le aconsejaba una y otra vez que abortara. Lo visitó en varias ocasiones y en los exámenes que le hacía, veía algo que no iba bien y en vez de buscar algún remedio, optaba por lo más radical, pero a todos luces inhumano de eliminar la criatura.
Hace poco hizo la Primera comunión - la niña - y fue con tal motivo que me enteré de esa circunstancia. Toda su familia estaba sabedora de lo que os acabo de contar.
Luego hablé con la madre de la niña, para felicitarla, y me dijo que
"sin duda , Dios me ha premiado, porque esta niña no sólo vino sin nada malo sino que es lista, simpática y atenta. Todos la quieren".
No es el único caso que conozco y me alegro de que haya padres que piensan que un hijo es siempre un hijo venga como venga. Y aprovecho para recordar que los padres nunca se deben sentir culpables de esas anomalías de la naturaleza y que esos niños pueden ser muy felices y santos, y nunca hay que avergonzarse de ellos. Tiene la misma dignidad que todos los demás y pueden ir a misa e incluso recibir la confirmación. En el Cielo tendrán una gloria especial.
Si sólo naciera la gente perfecta es de suponer que muchos no viríamos, pues quién no tiene defectos por pequños que sean. Mi abuelo paterno era una especie de albeite e intentaba curar a nimales con más ganas que acierto: En una ocasión le trajeron una yegüa preñada que por un golpe de calor se la ahabía producido un aborto espontáneo. Y nunca olvidaré el sufriento de aquel animal, que después de expultar el feto muerto le buscaba como loca por el corral. "No os asomeís a ella en unos días sin tomar precauciones. Dazle agua con harina hervida y no la saquéis de la cuadra, pues sufrirá lo indecible hasta que acepte haber perdido a su cría". Si un animal irracional sufre tales trastornos, que no sufrirá un amadre humana después de matar a su niño. Porque dejémonos de eufemismos el aborto es un infantcicidio, lo diga quien lo diga. O acaso somos peores que los animales. Ni las fieras abortan por que quieren. A qué remordimientos y angustia se enfrentará de por vida la mujer que ha abortado convirtiéndose en un asesina de su propio hijo o hija.
ResponderEliminarSólo Eva, la dulce y seductora Eva, llega en ocasiones a matar a sus hijos no nacidos. Que yo sepa, ningúna hembra animal aborta queriendo ni mata a su prole, ni siquiera una tigresa. Animal fiero y sanguinario por condición natural.
ResponderEliminarEs la especie humana, más evolucionada y consciente, quien puede llegar a cometer tales aberraciones sin sentido. Dios nos hizo a su imagen y semejanza y nos dotó de libertad, pero no para asesinar niños indefensos y comportarnos peor que las alimañas y los reptiles. Pensémoslo, no podemos caer tan bajo en la escala evolutiva, hemos de enderezar el rumbo y frenar nuestro egoísmo. Y no hay hecho más egoista que el de una madre impidiendo nacer al hijo que ha engendrado. No hay ley que esté por encima del derecho a la vida. Como ser humano y cristiano no lo admito.