sábado, 20 de agosto de 2016

Devolver imágenes




Terminada la exposición sobre la misericordia nos dedicamos a devolver a sus dueños  lo que nos habían prestado. Parece de entrada que es una operación  sin mayor importancia, pero también se convierte esta acción en una misericordia de agradecimiento y de intercambio de opiniones.

Primero fuimos al cottolengo de Santiago a devolver una  bonita imagen de S. José Benito Cottolengo, recientemente restaurada.  Fue el día 17 cuando encontramos a la superiora del cottolengo de D. Jacinto Alegre,  fundador español que  hace los cottolengos de España.

Le explicamos las historias de la expo especialmente en relación con S. José Benito y su obra de acogida a los que nadie quiere. El se inspiró en   algunas cosas de S. Vicente de Paul, contemporáneo suyo y de alguna forma maestro.

 La religiosa nos dijo que S. Vicente de Paul le decía  S. José Benito: nosotros tenemos que pedir a Dios ayuda, pero vosotros no,  pues así  es vuestro carisma: vivir totalmente colgados de la providencia divina.

Pregunté  cuantas religiosas eran y me dijo que 6 y, para las 6, le di  a escoger  unos papelitos con palabras,  del Papa o de santos, sobre la misericordia. Es como una providencia pequeña,  a ver que nos depara a cada uno.

También fuimos a Noya una población cercana a Santiago y llevamos a las Trinitarias un estandarte y un cuadro. Nos recibió con amabilidad la superiora y también  le contamos los comentarios que hacía la gente ante el estandarte con la Nave de la Iglesia y el Papa al timón. Nos comentó que ellas también  tenían parte en los frutos de la expo. Nos regaló un poster de grandes dimensiones de Cristo,  pintado por Santa Faustina. Como son 8 de comunidad escogió 8 papelitos con las sentencias y le dimos  una bendición.

Los pp. Somascos  recibieron la imagen de S. Jerónimo y nos contaron que están contentos porque ven crecer la comunidad. El P. Juan nos pidió 8 papelitos para todos.

Al párroco de S. Miguel le  llevamos tres imágenes y el Palio. Dieron mucho juego estas imágenes para explicar la misericordia y llamó mucho la atención el sagrario- pelícano. Para muchos era algo que nunca habían visto.

Y ya,  por último,  las láminas de Malpica. Es lo primero que pido cuando hago una exposición,  pues me da mucha tranquilidad,  porque si no encuentro otras cosas,  la expo se  podía hacer toda con láminas. Estuvimos con el párroco D. Aquilino Fernández  que nos atendió con toda cordialidad y escuchó atento las historias de las visitas a la exposición.

Aun tuvimos tiempo, en el
último día,  en que fuimos a Malpica, para que los seminaristas que me acompañaban,  se tomaran un bañito en la cercana playa y luego comimos en el restaurante  O  burato.

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