D. Diego en la sacristía de la Catedral el 26.6.2013 |
El hablaba mucho de Murcia en donde estuvo de sacerdote joven y en donde tuvo intensas experiencias apostólicas. Luego estuvo en Galicia más de 30 años.
Se le recuerda en Coruña entregado a la labor con sacerdotes de la diócesis y luego en Santiago en donde pasó la mayor parte de su vida.
Una de sus variadas labores - aparte de retiros y cursos de retiro a gente muy diversa- era confesar en la iglesia de San Fernando en Santiago a la que dedicó muchas horas, lo mismo en la Catedral y también en San Miguel dos Agros. Sin duda tenía el carisma de la confesión.
Tenía muchos amigos en Santiago por su gran cariño y espíritu de servicio; cuando iba por la calle se paraba con mucha gente que le apreciaba y siempre tenía una palabra reconfortante para todo el que se le acercaba.
Era muy devoto de la Virgen de Fátima y siempre que podía se escapaba a Portugal, con algún amigo o alguna peregrinación, a disfrutar de la cercanía de María en este santuario famoso en el mundo entero. Siempre estaba dispuesto a ir a rezar por todos. Era algo que le podía.
Conocía muy bien la historia de la Obra por haberla vivido de cerca , especialmente en su estancia en Roma, y, en momentos de intimidad, contaba numerosos detalles de S. Josemaría y de las primeras vocaciones, a quienes conoció personalmente.
Que el Señor y la Ssª Virgen le den el descanso eterno.
Víctor Sz.
Muy buen artículo: felicidades.
ResponderEliminarDon Diego era queridísimo por todo el mundo porque era 100% sobrenatural y 100% humano. Todo un santazo rebueno y resalao. Un abuelillo feliz que paseaba risueño y "abrigao" por las calles de Santiago. Repartía bombones, sonrisas y oraciones. Ahora lo hará más y mejor.
Viva don Diego!!!