miércoles, 4 de septiembre de 2013

El P. Fernando Olmedo, un tesoro hasta ahora oculto

Ayer comenzaron las conferencias sobre el P. Fernando Olmedo, en la iglesia de San Miguel dos Agros. Asistió, a dicha presentación y conferencia, el Sr. Arzobispo y el Vicario General de la diócesis, varios sacerdotes y un buen grupo de oyentes.
Presentó las jornadas el párroco D. Jaime López Ramón . Dijo que la parroquia de San Miguel se siente orgullosa de contar con un feligrés beato por  martirio. Hasta ahora, comentaba, era un tesoro escondido que pasó mucho tiempo oculto pero ahora hay que darlo a conocer.
La iglesia de S. Miguel minutos antes del comienzo
del acto

La conferencia corrió a cargo de D Manuel Blanco Rey, sacerdote historiador,  que comenzó con la frase habitual entre los franciscanos: Paz y bien. El tema del que habló fue sobre los 27 primeros años de la vida del P. Fernando que transcurrieron entre Santiago y Pontevedra.
 Nos contó que 4 de sus hermanos fueron bautizados en la iglesia de S. Miguel y otros cinco en la de Sª Salomé, siempre en Santiago.

 Su madre era una mujer de mucho temple y emprendedora educó a sus hijos con la máxima de aquel tiempo, vivida en las familias cristianas,  que prefería verlos muertos antes que pervertidos.


A la izquierda D. Manuel Blanco, al centro D. Jaime López y a la
derecha D. Victor Sz.
En todos sus estudios sacó las notas máximas,  incluso la licenciatura en derecho llevó sobresaliente. Ejerció de abogado en Pontevedra pero por cuestiones de su fina conciencia renuncia a un buen futuro en la obogacía. Comentaba el conferenciante que hubo otros santos que también   renunciaron a su profesión de abogado como San Fidel de Sigmaringa o S. Alfonso María de Ligorio.

Tuvo un gran celo apostólico y por eso estuvo en relación con varias instituciones populares en su época y que llegaron hasta nosotros, como la Orden Tercera, las Conferencias de S.Vicente de Paul, el Círculo católico de Pontevedra y la Adoración Nocturna.

Olmedo se comprometió con estas instituciones por motivos evangélicos. La religión sabida : ilustra, meditada: conforta, y,  practicada: santifica,  era uno de sus principios. Comentaba el conferenciante en relación con las conferencias y los pobres, que Cristo no dijo :socorred a los pobres, pero mandó que los amáramos.
Hizo ejercicios espirituales, después de su viaje a Roma y  descubrió su vocación de capuchino y ya no volvió a casa. Luego escribió cartas de fuego a su familia y  a sus amigos. A la Adoración Nocturna les decía: no dejéis enfriar la AN, ahí hace falta mucho fuego y con media docena de personas encendidas se puede hacer tanto bien en Pontevedra.
Al terminar la conferencia firmó libros que le presentaron, sobre el P Fernando Olmedo,
 que  D.Manuel acaba de publicar.

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