miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las hojas secas


Cuando se  va acercando el otoño se ven muchas hojas secas por los suelos corriendo al albur del viento. Ahora se adelantan un poco a secar y caer y ya aparecen  en el mes de septiembre.

La puerta de S. Cayetano
La hoja seca que es llevada por el viento,  hace pensar en la caducidad de la vida, en lo pronto que se pasa el tiempo de las grandes empresas, pero a mí en esta ocasión me hizo pensar en otras cosas.

Generalmente veía  hojas a la puerta de la iglesia con disgusto.   Tenía que estar siempre  barriendo o pidiendo que, el pobre de turno, se ganase un euro,  dejando limpia la entrada.
 Pero ahora le encontré un simbolismo.

 Las que venciendo todos los obstáculos que le pongo, logran entrar, me parece que son hojas que entran en la iglesia para rezar, que  dan ejemplo a muchos que pasan por delante de  las iglesias y no entran. No  saben que hay alguien que les espera y tal vez tenga algo que decirles.  Desde luego si entran serán bien recibidos y saldrán mejor de lo que entraron.

Hay otras hojas que se quedan a la puerta por más que sople el viento, allí siguen, a un paso de entrar pero, al fin,  no entran.  Se parecen a esas personas que viven bien cerca de las iglesias, a un paso, que podrían entrar en cualquier momento si quisieran, solo les faltaría un empujoncito,  pero no entran, se quedan fuera para que luego les lleve el barrendero divino .

Me gustaría ser una hoja humilde, de esas que dieron oxigeno y sombra y pusieron belleza. Que me dejase llevar por el viento del Espíritu Santo a donde el quiera, a rezar si lo quiere o a adornar el atrio, o las laderas del campo, si le parece mejor.

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