LA ALEGRÍA DE CONOCER LA
IGLESIA
Clausura de la exposición en
San Cayetano
Al igual que
todos los seminaristas de nuestro querido seminario mayor Bidasoa, una de
nuestras más grandes ilusiones es poder hacer nuestras prácticas pastorales en
algún lugar de España.
Fue de gran
emoción para mí cuando me informaron que mi destino iba a ser Santiago de
Compostela; pero nunca me imaginé que el trabajo que me iban a asignar junto a
mi compañero Luciano Franquim (brasileño) sería el preparar una exposición sobre
el Concilio Vaticano II.
El equipo detrás de la exposición |
Luego de haber
conocido un poco la ciudad y de presentarnos en la parroquia de San Cayetano,
comenzamos con el diseño de la exposición, pues el tiempo era corto, empezamos
por imaginarnos cada panel y especialmente el contenido que iba a llevar cada
uno, pues principalmente se buscaba que cada idea pudiera ser expresada a
través de imágenes. Tuvimos un arduo período de lectura de los principales
documentos del Concilio, obteniendo una gran riqueza de ideas para poder
plasmarlas dentro de la exposición. Esta etapa de lectura y diseño duró tres
semanas, dando paso a la siguiente etapa que fue la de montar la exposición; una
de las más divertidas, pues anduvimos recolectando diversas cosas para poder
presentarlas también en la exposición (artículos del cardenal Quiroga, libros,
maniquíes, etc.), pues esto me permitió conocer muchos lugares y muchas
personas que nos prestaban su ayuda atentamente.
Preparando los maniquíes para la exposición |
El día tan
esperado llegó; y la exposición “Una vez hubo un Concilio” dio su inicio el 3
de julio, con una solemne misa seguida de una pequeña procesión, para luego
abrir las puertas de la exposición y obtener las primeras impresiones de los
mismos fieles de la parroquia de San Cayetano. Fue así como pusimos en marcha
la exposición y esperamos diariamente la visita de diferentes personas que se
atrevían a conocer un poquito de nuestra madre la Iglesia; vinieron sacerdotes,
religiosos, laicos y muchos peregrinos de diferentes nacionalidades.
El párroco, don Víctor Sánchez, el día de la
inauguración
Los laicos atentos a las explicaciones |
Algunas de las
experiencias más gratas que tuvimos en nuestras visitas, fue la visita de una
madre de familia con sus dos hijas, y el especial énfasis que ponía la madre en
transmitir las pequeñas enseñanzas del Concilio a sus hijas. También la visita
inesperada del director espiritual de nuestra casa Bidasoa, don Juan Francisco
Pozo, que expresó la alegría de ver la exposición para el servicio de la
Iglesia; y además la visita de un sordomudo que fue para mí una experiencia
impresionante de ver como esta persona, a pesar de su discapacidad se interesaba
por ver y conocer más sobre su fe, ¡fue un gran testimonio de vida!
Enseñando las láminas |
A pesar que la
exposición clausuró oficialmente en San Cayetano el 10 de agosto, la visión
misionera de don Víctor nos llevó a transmitirla y presentarla a varias de
nuestras queridas hermanas religiosas de claustro, visitando tres conventos en
Santiago; la hermanas Dominicas, Carmelitas y Mercedarias.
Parte de la comunidad de dominicas |
Mi reflexión al
final de esta aventura de tres meses en Santiago de Compostela ha sido lo
importante que es conocer a nuestra Santa Madre la Iglesia, y de todas sus
enseñanzas para con nosotros sus hijos, pues a pesar de brindar muchas
explicaciones sobre la exposición, el que más aprendió sobre el Concilio he
sido yo. Y agradezco a la Infinita Misericordia de Dios por haber permitido
participar en esta maravillosa tarea.
José
Manuel Salazar Carranza
Seminarista
Salvadoreño
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