martes, 26 de diciembre de 2017

La Navidad en Santiago. Unas pinceladas.




Este año experimenté  con intensidad la Navidad en Santiago y aprendí algunas cosas a pesar de ocultar al Niño con las pajas. Bueno las pajas me refiero a actividades lúdicas que no tienen nada que ver, premios, y otra hojarasca.

En primer lugar el alumbrado. Igual que en las grandes ciudades del mundo pusieron en Santiago un hermoso alumbrado. Incluso en barrios que nunca se había puesto nada. 

Al verlo pensé que eso  viene de Jesús que fue anunciado como la gran luz. Nosotros lo expresamos a nuestra manera, pero de hecho las ciudades se llenan de luz, las adornan con bellas combinaciones de luz.

Al principio pensé que yo sería una de esas lucecitas, una más y que así contribuía a la belleza del mundo. Pero, en un segundo momento, me pareció que “ser un adorno” y además temporal, era muy  poco. Es mucho mejor ser una luz que alumbre el camino,  que ayude a ver los obstáculos y nos facilite el caminar ligeros.

También  este año hay muchos belenes. Más que otros años, en escaparates, iglesias, conventos  e incluso belenes familiares de gran tamaño, como el de Paco,  el belenista de Conxo o el de Rogelio, el belenista de Mallou.

 Está también el belén  de la plaza del Obradoiro,  la gran plaza de la ciudad, que fue preparado y puesto por particulares, voluntarios de la vecindad,  que  quisieron prestar ese servicio.

También observé un cruzarse de  whasats ininterrumpido,  con hermosos pensamientos , deseos , videos  etc.


No hay comentarios:

Publicar un comentario