martes, 5 de diciembre de 2017

En una cárcel de Galicia



Tengo un amigo sacerdote que se preocupa de los  presos y va periódicamente a una Cárcel de Galicia en donde entra en contacto con ellos con los debidos permisos y papeleo.

En  una de esas ocasiones, dieron  permiso a dos módulos para ir a su celebración a escucharle y tal vez a rezar.

El día era frio y húmedo. El local de la reunión estaba desangelado y los presos con cara de pocos amigos. Había  algunos que tenía condena por asesinato, también mujeres etc.

El sacerdote decidió no decir Misa, pero les puso al Señor en la eucaristía sobre el altar y les animó a la fe y a la adoración. Luego rezaron el rosario y varios  pasaron a hablar con el sacerdote o a confesarse.

Cuando llegó el momento, les dijo unas palabras y les dio la bendición. Luego  se fue a la sacristía. Mientras  se quitaba los ornamentos oyó como , motu proprio, se pusieron a  cantar con voz timbrada y fuerte:
Demos gracias al Señor
Demos gracias
Demos gracias por su amor.

Por la mañana , las aves cantan
Las alabanzas a Cristo Salvador
Y tu mi hermano, por qué no cantas
Las alabanzas a Cristo Salvador.
Demos gracias…


Este sacerdote se emocionó pensando que a pesar de las tribulaciones y situaciones negativas, aun quedan motivos para dar gracias a Dios. Siempre  hay motivos para esperar.

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